De repente he caído
en la cuenta de que ya mismo es Navidad, y me ha entrado el ‘bajón’ como quien
dice. No puedo dejar de llorar y llorar, no dejo de pensar porque no me gusta
la Navidad, porque la odio tanto y solo consigo ponerme peor. Es inevitable no
pensar en todo lo que conlleva la Navidad, y me da miedo, me da rabia porque con
los años la he ido odiando mas y mas, me da envidia ver a los demás, a mis
amigos en Navidad y que mi Navidad no se parezca en nada a la suya, en nada,
solo de pensarlo me pongo triste, muy triste. Porque a todo el mundo le gusta,
todo el mundo suele estar feliz, y yo todo lo contrario. Se supone que en estas
fechas se te olvida todo lo malo del año, pues era que yo soy demasiado
negativa o no sé cómo llamarlo porque yo solo veo cosas malas, cosas malas en
mi, mi año de mierda o mejor dicho mis años de mierda, vaya rachita llevo, que
desgraciadamente otro año más lo malo gana a lo bueno, y aunque no se me olvide
lo bueno, lo malo sigue ahí y no se borra, sigue haciendo daño, doliendo.
Intento recordar cuál fue mi último año feliz y me viene a la cabeza el día de
mi comunión, no sé porque será, pero recuerdo ese día y lo echo de menos, echo
d menos esta ‘típica felicidad’ propia de esa edad, ser el centro de atención
de todo el mundo, la familia toda junta, los regalos incluso, la felicidad que tenía
ese día, que para mí era el mío, y luego? Después no encuentro en mis recuerdos
un día igual, ni siquiera parecido, ni un cumpleaños, ni ningún día de
vacaciones ni de Navidad ni de verano, ni ningún otro día, esos días ya no se
repetirán puesto que crecemos y ya dejamos esa ‘típica felicidad’ apartada,
guardada en esos recuerdos. Una vez que he ido creciendo con los años he tenido
días buenos, claro que si, incluso algún que otro ‘cumpleaños feliz’, he tenido
días en los que he sido feliz y mucho gracias a personas que han ido
apareciendo en mi vida como un salvavidas y la han ido haciendo más llevadera,
pero conforme voy cumpliendo los años también me voy dando cuenta de otras
cosas, cada vez estoy perdiendo la ‘chispa de la vida’, me estoy convirtiendo
en la persona que jamás he querido ser, y la sensación de soledad va a un
mentando, siento que esos días los voy a perder por completo, que van a
desaparecer los pocos momentos buenos y todo será amargura y lamento, a veces
desearía borrarlos de mi calendario.
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