Miré la hora en mi móvil, eran las tres y cincuenta de la mañana. Pensé que para haber tenido un sueño tan largo o al menos así me pareció, el tiempo no había avanzado nada.
Me quede tumbada en mi cama, dándole vueltas a lo que había soñado. Faltaban diez minutos para que dieran las cuatro y de todo lo que me había pasado en casi toda esa hora, había sacado en claro tres cosas: Una, que tenía un camino largo por recorrer en la vida; Dos, que acabara donde acabara habría tomado yo esas decisiones, fueran malas o no; y Tres, que hay personas sin las que no puedes vivir, pero te ves obligada a marcharte de su lado..
Los sueños y su extraña forma de mostrarte tus miedo y deseos. Parecerá una tontería, pero yo aprendo bastante de los sueños que tengo, ya sean pesadillas o sueños de los que no quieres despertar nunca, algunas veces desearía quedarme ahí para siempre, en el mundo de los sueños, donde a menudo soy mas feliz que en la propia realidad..
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