Tengo a los dos lados
de mi cerebreo
preguntándome por ti.
El izquierdo,
tan lógico él, tan complejo,
no entiende tu ausencia.
Cree que todo iba bien,
que no habia motivos para irse,
y lleva todo el dia calculando
cuántos kilómetros nos separan ahora,
y ahora
y ahora
y ahora.
El derecho,
tan abstracto, tan imaginativo,
cree que no te has ido.
Que sigues aquí
pero que te has hecho invisible,
o que solo estás volando un rato.
Que volverás.
No se imagina que no todo es
como en sus sueños despiertos.
Yo ya no sé qué decirles,
ni como es que estoy hablando con
mi cerebro
cuando es él mismo el que crea esta conversación.
Ya, es evidente.
Hablo con él porque no puedo
hablar contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario