Queridos reyes magos:
Este año no puedo decir si he sido buena. Eso es algo que tienen que juzgar los demás. Yo al menos, lo he intentado. No he querido más que otros años, pero sí que he intentado querer mejor. Volví a tropezar con aquella piedra. Sí, sí, la de siempre, lo sé. No aprendo. Tropezar no es malo, pero encariñarse de la piedra sí. Y yo le tenía mucho cariño. También he vuelto a confiar en quien no lo merecía, y volví a llevarme una decepción, pero tranquilos, he hecho limpieza de quién merece estar y de quién no. Y qué bien sienta.
Lo que no he dejado de hacer ni un solo día, es sonreír.
Así que no os pido nada más para el 2019 que seguir siendo feliz. Sí, así de simple. Así de típico. Pero cuántas veces se nos olvida lo más obvio.
Texto Mery Turiel
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