Si me quieres conocer un poco solo tienes que leer entre líneas...

sábado, 15 de octubre de 2016

Quizá no lo sepas, pero te quiero. Y esta es la única ironía que voy a escribir hoy.

Quizá no entiendas la importancia de cada palabra, la dicha y la callada. La que te regalan mis labios y la que queda atrapada en mis ojos.
Quizá nunca hayas entendido su valor, su fuerza, el ímpetu con el que salen del alma cada vez que las pronuncio.
Quizá no sepas que yo no sé pronunciar una palabra llena de vacío. Una palabra de esas que se dicen por inercia, que se dicen por decir, sin pensar en qué siente aquel que la recibe.
Quizá no lo hayas sabido nunca, pero sé de lo que hablo porque a mí me han disparado más palabras vacías de las que podría contar el sol. Me han dicho tantas veces que me querían, que era importante, que valía (algo o mucho)… para darme cuenta tras un tiempo que eran palabras carentes de sentimiento (cumplidos, que los llaman a veces), que cada vez que me encuentro con una palabra que creo sincera me taladra el corazón. Y se tatúa en mi alma. Maldita tinta indeleble.

Quizá no te lo haya dicho, pero antes de ti estaba más rota de lo que jamás voy a reconocer.
Quizá no lo creas, pero después de ti… No hay nada. Eres un punto final. O de inflexión, qué me importa. Y solo tú puedes decidir dónde colocarte. Siempre lo dejaré en tus manos. Creo que de ti depende que yo pueda seguir siendo yo. Si tuviera que soportar una vida en la que no estés dejaría de creer en todo, dejaría de llenar mis palabras con todo lo que siento, me convertiría en otro jugador más de una partida de mierda donde lo único que se valora es quién la tiene más grande. La mentira, claro. Pero no la verdad. Esa cuanto más pequeñita mejor. No vaya a ser que nos vayamos sonrojando y se nos agoten los argumentos cada vez que tengamos que defendernos.

Quizá no lo recuerdes, o no quieras hacerlo, pero sufrí más de lo que debería y menos de lo que otros sufren en la misma situación.
Quizá no me permitas que grite de dolor, que llore en voz alta, que sea capaz de guardar rencor o que me sienta inocente porque alguien tiene que compensar la balanza. Porque si hay Ying tiene que haber Yang. Y no sé por qué digo todo esto si yo no creo en esas mierdas.

Que no.

Que he intentado recomponerme de mil maneras, que he rechazado más batallas de las que debería y siempre me he rendido demasiado tarde. Que he sido tan valiente como cobarde.
Quizá me siento tan insignificante que comprendo por qué cada vez que pongo la otra mejilla es para llevarme un golpe aún mayor.
O quizá no. No lo sé.

Pero lo siento.
Lo siento, por ser injusta y haber rechazado tantas verdades recordando el dolor de tantas otras mentiras.
Lo siento, por ser tan como soy. Por permitir a la gente que me quiere que sufra cuando digo la verdad y por ocultársela otras veces y alejarme para evitarles más dolor.
Lo siento, por hablar a bocajarro, a pesar de la sinceridad; por ceder a mis impulsos y no detenerme a pensar.
Lo siento. Por cada error y cada herida.
Pero si me vuelves a joder, no te perdono más…

 

Vida.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Salvavidas

Eres mi salvavidas, el que me saca a flote sin ni siquiera saberlo, el que me consuela sin pretenderlo, el que sin hacer preguntas ahí está, el que me coge la mano para que no tropiece y me caiga otra vez en el precipicio, el que me salva los días con medias sonrisas, y con caricias enteras, con abrazos que siempre saben a poco pero que poco tan reconfortante, eres el que aprecia mejor cada matiz del color de mis ojos porque siempre te pillo mirando, mirando a ver si te necesito, y ahí estas, para salvarme cuando nadie mas sabe que lo necesito..

Y dime si aún hay algo que te recuerde a mi?

Dicen que todo pasa por algo, cada beso, cada caricia, cada mirada, cada despedida, cada reencuentro, cada pensamiento, cada recuerdo, cada sonrisa, cada lágrima, cada nuevo sueño, y los que ya se olvidan, cada cicatriz, cada estrella fugaz que ves cada vez que miras al cielo, cada abrazo inesperado por la espalda, cada suspiro, cada pesadilla, cada presentimiento, cada locura, cada caída en el camino, cada decisión mal tomada o al contrario, cada desafío, cada recompensa, dicen que todo pasa por algo, pero solo sabes porqué con el tiempo, y dicen que solo unos pocos son capaces de saber porque de cada cosa, el porque de si valió la pena llegar hasta aquí por lo que tienes, o por lo que vendrá..

lunes, 10 de octubre de 2016

Vivo en esa agonía constante que aparece en los días que no sabes si el amor de la vida que llevas ahora te va a decir que no quiere volver a verte, o te repite que quiere hacerlo toda la vida.
Así son mis noches sin dormir. A un parpadeo de rozar el techo con las pestañas desmaquilladas.
Vuelven a irritarme las canciones alegres. Son como tu voz susurrando que ya no más después de aquel intento de sincronizar las ganas con lo que viene después, mientras me mirabas y te repetías una y otra vez ‘’ese no era el plan’’.
Ese no era el plan. Ese no era el plan. Ese no era el plan.
Por qué parece que todo lo que hago lo hago para perderte.
Quisiera ser tan bonita como una rosa estrujada en una mano inocente y parecer así mucho más viva.
Soy una paliza rebobinada en un callejón oscuro, unos labios secos y agrietados indivisibles, la reminiscencia garantizada.
Soy lo suficientemente fuerte como para hacer equilibrios sobre un alambre de espino, pero me tapo los ojos por si te veo venir.
Vértigo es estar a tu lado y no perder la compostura.
He vuelto a escribir. Igual es que ha vuelto a doler lo suficiente, solo que esta vez permanezco. Será porque estoy cansada de huir. 
Mira, no es que haya cambiado, es que contigo puedo ser como soy. Y no sé para qué me molesto en decir que no tengo miedo si por fuera estoy tiritando. 
Aún no te has ido y ya nos echo de menos. Pero cómo repetirte que te quedes si yo en tu lugar ya me habría ido de aquí.
Veréis, no es que haya dado por acabada la guerra, es que me siento en paz conmigo misma cuando estoy con ella.

viernes, 7 de octubre de 2016

Y tú no serás, pero para mí lo eres.

Me estás explicando lo que es la vida sin dar ningún tropiezo sólo con estar a mi lado. Todas las respuestas a mis preguntas imposibles las tenías tú, porque necesito escribirte en la palma de la mano todo lo que no te sé decir, y despejar nuestras incógnitas.

Y no eres la chica más guapa del baile, ni la que mejor baila, no sé, igual ni te apetece salir a bailar, tampoco eres la que lleva el vestido más bonito, pero eres todo lo que a mí me gusta. Seguro que no fuiste la chica más guapa de tu clase, ni la chica 10, pero para mí eres un 11.

Eres esa ligera sensación de saber que he cometido muchos errores y que contigo se han solucionado todos, la que habla el mismo idioma que el mío sin decir una sola palabra, la que toca muy adentro en la distancia sin haberte puesto una mano encima.

Eres mi olor favorito por las mañanas, el abrazo perfecto antes de dormir y eso no sé si es poesía, pero para mí lo eres.

Redry

jueves, 6 de octubre de 2016

Cuando siento que se me restan las ganas, cuando me siento ausente por dentro. He aprendido a respirar hondo, a cerrar los ojos. He aprendido a dar las gracias por lo bueno, por lo malo, por lo que pasó y por lo que no.
Eso me hizo ser cómo soy, eso me ha hecho aceptarme, eso me ha hecho quererme cada día y poco a poco de forma más sincera.
Y a mi me parece que hay poca libertad más propia que esa.

miércoles, 5 de octubre de 2016


A veces cuando creemos estar enamorados nos dispara un sin número de emociones que nos hacen sentir que nada tiene fin. Incrédulamente saltamos de alegría por miradas que tal vez no tienen ningún sentido, pero para nosotros esconde un enigmático significado (así sea que no, pero tiene). Creemos ver en el otro, cualidades que nunca pensábamos encontrar, y si no las tiene obligamos a nuestro cerebro a que procese como si las tuviese, sin imaginar que a la vez estamos procesando también una decepción a corto plazo.

Tal vez ése sea el error más grande, pretender etiquetar a las personas por cómo queremos que sea. Anhelamos una imagen inmortal en medio de una realidad que simplemente es como es, y no la aceptamos. Luchamos por conseguir a toda costa lo que queremos, el sentirnos amados sin entender que en medio de ése deseo existen defectos, existen también errores y existe una realidad que merece ser conocida para luego ser respetada y finalmente amada.

Caemos erróneamente en un cuento de hadas, ése que nos hace pensar que lo oscuro encontrará claridad porque estamos allí, sin imaginar que nosotros sólo somos seres pasajeros, que la persona solo cambia porque es ella misma quien desea ése cambio.

El amor nunca crea ataduras, ni físicas ni mentales. Es libre, por el simple hecho de estar juntos; te sientes libre. De pensar, de sentir, de amar. Con el tiempo, después de todo, te das cuenta de que sentir el inmenso poder del amor va más allá de expresar gestos y detalles inertes. Entiendes que aprender a amar es una experiencia única, sensible a cualquier error, apto para aprender de todo y humilde para entender los límites. Es allí donde podrás decir que amas, que no tienes miedo y que lo disfrutas.

martes, 4 de octubre de 2016

¿Capaz o incapaz?

3 de octubre de 1993

Desde pequeña cumplir años no era algo que me importara mucho, ni celebrarlo, ni los regalos, ni las felicitaciones, bien es cierto que algunos serán inolvidables tanto por lo bueno o por lo malo que pasará. Hoy, a mis 23 recién cumplidos, no ha cambiado nada, solo sé quien realmente se merece un poquito de mi, personas que lo mismo nunca imagine que se acordarían de mi hoy lo han hecho y otras que pensaba que si se ve que ya me han olvidado y la verdad es que me alegro, me alegro de las sorpresas inesperadas de hoy que me hacen valorar mas a quien tengo al lado y a quién no, sabiendo lo que significa para mi este día.

lunes, 3 de octubre de 2016


Sabes que me lo juego todo a ser feliz contigo, que estás más guapa cuando le sonríes a la vida, que siempre tengo impaciencia por verte. Contigo descubrí que no siempre la falta de luz es algo malo, que a veces hay que ir más profundo para conocer a alguien y dejarnos de andar en la superficie. Creo que conoces de verdad a alguien cuando distingues los matices de su risa, cuando sabes exactamente de que humor se va a levantar cada mañana, cuando tienes contados los pasos que da desde el baño hasta la cama. Conoces de verdad cuando sabes los días en que va a estar enfadada, saber decirle en el momento oportuno que ella es magia, que se lo crea, que tiene que poder con lo que venga. Ya sabes, tienes que poder con lo que venga, no elegimos los momentos en los que tenemos que ser fuertes y tirar para adelante, nos eligen a nosotros, y hay que estar a la altura. Y tú lo estás de sobra, ya que siempre me andas por las nubes, y yo no paro de coger vuelos que me lleven a ti. Creo que desde que escuche tu risa, es justo la medida exacta de lo que quiero para mí.