Cuando siento que se me restan las ganas, cuando me siento ausente por dentro. He aprendido a respirar hondo, a cerrar los ojos. He aprendido a dar las gracias por lo bueno, por lo malo, por lo que pasó y por lo que no.
Eso me hizo ser cómo soy, eso me ha hecho aceptarme, eso me ha hecho quererme cada día y poco a poco de forma más sincera.
Y a mi me parece que hay poca libertad más propia que esa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario