Al final la distancia nos pudo, pudo con nosotros cuando ya casi se acercaba la recta final, la distancia nos hizo cambiar, nos hizo pensar que no valía la pena luchar, porque ya estaba todo perdido, la distancia nos hizo distanciarnos cada vez más, estar distantes y a la defensiva todo el rato, nos hizo desconfiar, cuando nos tenían envidia por ser todo lo contrario, cambiamos de pensar, nos acostumbramos a vivir el uno con el otro en la distancia, y cuando nos juntábamos no sabíamos como estar, no sabíamos hablar si no era por escrito, odiabamos hablar por teléfono, preferiamos hablar dos minutos cada diez que dos horas cada día, dejamos de vernos por problemas de sonido, que por h o por b nunca solucione, la distancia nos distanció, pero a mi la distancia me enseño a querer de todas las formas posibles, a mi lado o lejos, pero a todas horas.
La distancia nos hizo infelices, pero también me hizo feliz cuando esa distancia se acortaba.
La distancia nos hizo tirar la toalla, dar carpetazo por nuestro bien, o eso queremos pensar.
Que hija de puta la distancia que nos hizo perder, y digo nos porque en esta historia hemos perdido los dos.
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