Te juro que me voy a levantar cada mañana con una sonrisa. Que no voy a dejar que ningún amargado me estropee el día. Que voy a ir a por todas, que nada va a poder conmigo.
A veces será fácil y a veces difícil, pero nunca imposible. Ya sé que me voy a encontrar muchas zancadillas. Unas me las pondrán algunos, otras el azar. Y otras veces me caeré porque me habré tropezado sola. Pero todas, todas, me voy a levantar, valiente y orgullosa.
Te juro que voy a tratar de valorar los problemas en su justa medida. Que no me voy a hundir a la mínima de cambio. Que si en algún momento la marea empieza a subir y me pilla lejos de la orilla, voy a nadar sin descanso hasta volver a hacer pie.
Que voy a mirarme al espejo todos los días, para tener muy presente quién soy.
Te juro que no voy a permitir que nadie me cambie. Que voy a luchar por todo eso que creo y que siempre creí.
Prometo que no voy a olvidar ni un segundo a toda la gente que quiero, a toda la gente que ha estado conmigo. Que de una forma u otra, han contribuido a que yo sea hoy quien soy.
Te juro que voy a poner ilusión todos los días, que voy a salir a la calle a comerme el mundo con tal brillo en la mirada que él ni se va a plantear darme un bocado a mí.
Lo prometo, te lo juro. ¿No me crees? Que ¿qué me apuesto?
La vida. Eso me apuesto, la vida. ¿Ahora sí?
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