Si me quieres conocer un poco solo tienes que leer entre líneas...

domingo, 24 de abril de 2016

Anónimo

" Hoy no ha sido la alarma del teléfono ni la luz entrando por la ventana la que me ha despertado, sino el dolor. Después ha amanecido, pero no en mi. Mi reloj todavía marca las 1 de la madrugada del día de ayer, el momento exacto en el que te perdí. No he dormido, cómo hacerlo sabiendo que tú no volverás a ser mi almohada, que no volveré a despertarme en mitad de la noche pensando que es un sueño lo que estoy viviendo, para luego girarme y ver que no, que sigues ahí, tumbado a mi lado, pero ya no.

Ya no volverás a estar, no como me gustaría que estuvieras. Tenía tantas esperanzas, tanta ilusión por luchar por algo que los dos sabíamos que era demasiado complicado... Y confiaba en ti, de verdad que lo hacía. Confiaba en que te resultaría imposible renunciar a mi, a mi voz, a mis besos, a mis enfados de niña pequeña. Ahora sé que no. Ahora sé que sigo siendo la misma inútil que está dispuesta a dar todo de sí misma por las personas que más quiere. Que ama como si fuera la primera vez, aunque ya le hayan roto el corazón en mil pedazos antes. Que lo entrega todo arriesgándose a quedar totalmente vacía. Vacía... que bien me define esa palabra ahora mismo. Estoy vacía, de ilusiones, de esperanza, de un mínimo atisbo de felicidad, vacía en todos los sentidos. Las fuerzas no me llegan ni para escribir esto, porque jamás me hubiera imaginado haciéndolo.

No te imaginas cuánto he llegado a quererte, cuánto lo hago. Te convertiste en mi película favorita desde el primer momento en que empecé a sentir por ti, y ahora sólo puedo darle a rebobinar una y otra vez en mi cabeza, como si así aún siguieras conmigo, como si aún no te hubieras ido.

Te escribo desde la cama en la que debería estar acurrucada a ti, donde nos ha anochecido y amanecido juntos, donde has llegado a hacerme tan feliz. Ahora tu lado se ha quedado tan vacío como me he quedado yo, y lo único que arropan ahora mis sábanas es tu ausencia.

No te imaginas cuánto dueles, quiero que pare. Necesito que pare este dolor que se ha llevado todas mis fuerzas y mis ganas en un abrir y cerrar de ojos. Me enamoré de cada uno de tus centímetros, habría aguantado cualquier tormenta solo por saber que te tengo conmigo, pero el hecho de que yo te necesite tanto no implica que tú también lo hagas.

Te lo has llevado todo contigo. Pensaba que desde la última vez, nadie volvería a dolerme tanto, nadie despertaría en mi esa maldita necesidad de necesitar. Pero te necesito, y te quiero (Dios, y no sabes cuánto). Y me dueles, me dueles como nunca.

No sé si algún día cambiarás de opinión. Por mi parte, sigo sin creer que haya cosas imposibles, y lo nuestro no es imposible. La palabra Imposible es una excusa que utilizan las personas que no tienen agallas a luchar por algo. Yo las tenía todas de mi parte, porque el premio, que eras tú, me motivaba más que cualquier excusa. Y ya estoy empezando a hablar en pasado, y ni si quiera me estoy dando cuenta. Creo que aún no soy consciente de esto, creo que el dolor aún puede incrementarse más, si es que es posible. Exagerada, para muchos, pero no para mi. No para mi que siento que he perdido uno de los grandes premios que ofrece la vida, uno de esos trenes en los que si no te subes pronto, pierdes para siempre. Eres maravilloso, y quiero que lo sepa todo el que lea esto. He conocido los rincones más remotos de tu cuerpo, de tu ser, y te juro que me habría quedado en ellos a vivir toda la vida.
Eres uno de mis personas favoritas, aunque ya te lo he dicho demasiadas veces. Eres esa persona con la que me habría gustado despertar todos los días del resto de mi vida (mi vida sin ti). Pero quererte me ha dejado seca, ya no sé por qué vena me estoy desangrando, ni se como hacer que pare. Creo que la única forma sería contigo entrando en razón, pero como debo afrontar las cosas como son, supongo que "el tiempo lo cura todo", y que tú sanaras con él.

Te mereces lo mejor, y espero que lo encuentres. Espero que encuentres una chica que te haga más feliz de lo que alguna vez te hice yo -si acaso lo conseguí-, te mereces alguien que nunca te haga daño, te mereces alguien que se enamore completamente de ti, que pierda el sentido y la razón por tu persona, como yo he hecho, pero a la que sepas corresponder en cuerpo y alma. Ojalá la encuentres, y ojalá la encuentre yo también. Ya no sé si el problema es mío, pero siguen alejándose de mi las personas que más quiero. Quizá no estoy hecha para esto, o quizá simplemente, no estaba hecha para ti... pero cómo me habría gustado, cómo me habría gustado vivir con tu sonrisa eternamente... Ahora, sólo me queda seguir queriéndote con cada pieza, sinceramente, ya las cuento por miles, aunque seguro que tú te has llevado contigo la mitad.

No soy consciente. Sigo pensando, imaginando, que volverás a entrar por mi puerta con ganas de quedarte. Sigo pensando que vas a volver diciéndome que se te hace insoportable estar sin mí. Sigo pensando que vas a necesitarme. Sigo pensando que no vas a encontrar a otra que te llene más que yo, pero lo harás, por supuesto que lo harás, y yo me quedaré callada, quieta, deseando haber sido yo esa persona, deseando haber seguido celebrando meses hasta que hubiésemos perdido la cuenta, deseando que siguieras conmigo, que no estuvieras ya tan lejos.

Sólo, te quiero. "

No hay comentarios:

Publicar un comentario